sábado, 9 de marzo de 2013

Sin titulo

 Una larga pesadilla en la que estaba sola, sin nadie que pudiera ayudarme, en la que corría sin saber de quien huía, con temor a que me atrapara...
De repente el suelo por el que corro se separa e intenta llegar a mi. Desde el cielo veo una mano que me salva de caer al vacío, suspiro de alivio y trato de recobrar el aliento, levanto mi cabeza y veo tu rostro, me sonríes y tus ojos me dicen que ves más allá de lo que soy y me abrazas como si no mu hubieras visto desde hace tiempo. No te conozco. Me dices que me amas y me abrazas de nuevo, siento que una llama se enciende en mi corazón y mi cara se sonroja. Te separas lo suficiente, me coges de la mano y me llevas a un lugar donde la paz y la luz me ilumina la cara. Miro de nuevo tu bello rostro, tus ojos me distraen, son tan sinceros y desprenden amabilidad.
Una persona se acerca y te abraza, tu respondes con un beso en sus labios. Mi cara palidece y por dentro grito, veo toda tu vida con esa persona, envejeciendo, disfrutando. Grito y me despierto en mi cama, llorando y temblando.¿Qué me pasa? Me asusto por lo que siento y trato de olvidarte. Sé que sería imposible verte conmigo, juntos...
Pero, por favor, nunca te olvides de mi.

http://www.youtube.com/watch?v=jD9dr2ZRm9A


   

miércoles, 5 de diciembre de 2012

La misteriosa anciana.

Todos los días salía con mis amigos al parque que estaba al lado de una gran casa gris rodeada de árboles excepto por una ventana, más o menos a la altura del suelo. Mis amigos y yo jugábamos sin parar, columpios, toboganes, balancines, todo tipo de juegos. A veces percatábamos la mirada de una anciana de pelo muy largo y gris, siempre trenzado. Siempre se sentaba en la mecedora y nos miraba. Nosotros no íbamos cerca de su casa ya que nos daba mucho miedo sus ojos lechosos y parecía que no se movía.
Un día la anciana se levantó y abrió la ventana de par en par, y se fue. Todos los niños nos asustamos bastante ya que nunca la habíamos visto moverse. Al rato nos llegó un olor muy dulce, seguramente de una tarta o varías ya que el olor era bastante fuerte. Los más golosos no aguantaron más y tocaron a la puerta de aquella casa, todos fueron menos yo que tenía un presentimiento muy raro. La mujer escogió a unos diez niños y les dejó entrar en su casa. Los demás se quejaron hasta que cerró la puerta, todos parecían volver de un sueño y no se acordaban de sus amigos. Ni siquiera las madres que venían a por sus hijos se acordaban, muchas afirmaron no tener hijo o hija.
Por mi parte, acabé asustada y decidí ver que ocurría dentro de la casa, pero todas las ventanas estaban cerradas y no se podía ver nada. Sólo llegaba un olor a carne que a cualquiera le hubiera gustado probar. Fue entonces cuando descubrí el secreto de la anciana. 

lunes, 3 de diciembre de 2012

El secreto de la Luna Llena

Era un periodista muy prestigioso y siempre me documentaba sobre crímenes sin resolver y sobre todo daba mi opinión.
Este caso me resultaba fascinante, todas las lunas llenas un asesinato, la piel desgarrada y siempre arrastrado hacía el bosque, la mayoría muchachas jóvenes, con físico atractivo y la mayoría muy estudiosas. Me quedé en aquella ciudad investigando sobre los asesinatos, mi opinión sobre ellos y espiaba los datos de la policía, con sus posibles sospechosos, con el peligro de que me encierren en la cárcel. 
Un día en la cafetería más cercana al hotel, decidí sacar el ordenador y escribir parte del artículo. Una de las camareras me miraba con curiosidad y se acercó hablar conmigo, mirándome mucho el cuello, habrá descubrió algo que la asusto mucho. Tuve un poco de curiosidad, y decidí investigarla por sí tenía algo que ver con los asesinatos, hasta que me descubrió persiguiéndola, se asustó y traté de explicárselo. Pero su reacción fue diferente de lo que esperaba. Se rió y respondió
-No te tengo miedo, tú me deberías tener miedo.
-¿Por qué debería tenerte miedo? No pareces mala persona. Dije con intención de que me dijera algo
-Sé que sabes algo. Dije con nerviosismo.
Me miró con curiosidad y respondió
-No te acuerdas de mí, ¿verdad?
Me alejé de ella porque pensaba que estaba loca.
Recordé con miedo que ese día sería luna llena.
-No te alejes de mí. Dijo abrazándome.
-Hoy yo te cuido. Dijo con cariño.
Corrí por miedo a ella. Tenía una pista. Me fui al hotel y pude dormir plácidamente.
Al día siguiente desperté lleno de sangre y el cuerpo de otra muchacha deformada por las heridas.
Me acerqué a un charco de sangre y pude ver, reflejado, mi enorme hocico de lobo. Al lado vino otro lobo gigante cómo yo, que se transformó en la camarera con el primer rayo de luz, después me transformé yo.
-Vámonos. Dijo divertida.
-Vámonos lejos. Dijo y se transformó en un lobo enorme y blanco.
Por miedo a que llegará la policía me transforme en un lobo negro y corrí al lado de ella huyendo de mi propio monstruo.
Ví algo en ella que me gusto, común  conmigo, su instinto asesino.


 

Las fotos

Había llegado a un pueblo para tomar unas fotos de aquel paisaje tan bello. Me dejó el autobus en aquel lugar tan apartado de la ciudad. Cerca había una cascada que llegaba a un lago, sobre él había un puente. En el puente había una mujer muy bella embarazada, mirando tranquilamente la cascada.
Me acerqué para preguntarle dónde estaba en hotel ya que no veía ningún edificio cerca. Ella me miró sonrió y me empezó a guiar al hotel. Ahí hablamos mientras esperábamos a su marido. Ella era la hija del dueño del hotel, me sirvió comida y me guió a mi habitación. Era muy agradable y también su marido.
Decidí pasear y tomar algunas fotos después de la comida. Creo que paseé demasiado porque llegué a un pueblo dónde sus habitantes eran amables y generosos, la mayoría ancianos. Tomé una foto de Lucía mirando a la cascada, otra a los ancianos hablando y después a una hermosa puesta de sol.
Llegó el día de partir, y había guardado todas las fotos en el ordenador. Me despidieron Mario el marido de Lucía, Lucía y algunos ancianos.
Subí al autobus y llegué a mi casa dónde envié las fotos a un amigo. Le pregunté cómo había quedado la foto de Lucía. Mi amigo me contestó diciendo que no había personas en las fotos.

viernes, 30 de noviembre de 2012

Fecha de entregas:

Debido a la falta de tiempo, sólo pondré cuentos los viernes o sábados. Bueno espero que no os importe. Hasta la próxima semana.

La llamada de Sonia.

Una chica había discutido con su padre cuándo iba en coche hacía un centro comercial para quedar con unas amigas. El padre la dejó en dónde debía y fue con sus amigas, cuándo todas se fueron a casa ella llamó a su padre, pero él no contestaba. Se le acabó el saldo, y ya se hacía de noche. El padre estaba en su trabajo y había apagado el móvil.
Ella llamó y llamó, pero nadie contestaba.
Unos hombres vinieron y preguntaron si se iba con ellos, pero ella vio sus intenciones, además ellos estaban borrachos.
Ella intentó escapar pero recibió un golpe en la cabeza. Muriendo en el acto. Los hombres asustados salieron corriendo dejando todas las botellas de cerveza.
El padre se entero después de una hora. Casi muere del susto, después no pudo llorar ya que estaba fatal, no hay sentimiento alguno para describir el dolor y sufrimiento que sintió.
A partir de ese momento todos los días el padre recibía la llamada del télefono de su hija Sonia.

El problema del rio

La historia que voy a contar a continuación, puede que os haga pensar y reflexionar sobre lo que tenemos.
Bueno, empecemos.
Está historia trata de un jóven, no era ni el más guapo ni el más rico. Pero poseía un gran corazón y siempre ayudaba a los demás.
Un día iba paseando por el bosque, sediento, cuando vió un río de aguas muy cristalinas dónde se reflejaba las nubes. Tan claras era el agua que al asomarse antes de beber vió una jóven reflejada en el agua pidiendo ayuda. Estaba encerrada en el rió. Intento cogerla con la mano pero sólo podía sentir el agua. Ella sólo pedía ayuda.
Él triste y asombrado por su enorme belleza, le preguntó como podía ayudarla. Ella respondió que tenía que llamarla tres veces, su nombre era Rosa, la llamó tres veces y de ahí salió una mujer que no se podía comparar en belleza con Rosa.
-Hola, si quieres salvar a Rosa tienes que responder a la siguiente pregunta:
``¿Para que sirven los humanos?´´
Él pensó la pregunta durante un rato y contestó sabiamente.
- Para dar amor, cuidar y tener esperanza.
La mujer que había salido del agua sonrió y asintió. Después desapareció y apareció otra mujer más bella aún.
Repitiendo la frase anterior dijo:
-Hola, si quieres salvar a Rosa tienes que responder a la siguiente pregunta:
``¿Qué es la belleza?´´
Él respondió rápidamente.
-Algo superficial, sólo existe la humanidad, ser buena persona te hace bello.
La mujer sonrió y desapareció. Apareciendo así una mujer más bella aún que las otras dos mujeres.
Repitió la frase:
-Hola, si quieres salvar a Rosa tienes que responder a la siguiente pregunta:
``¿Qué es la esperanza?´´
Él respondió triste porque la mujer no sabía lo que significaba.
-Es algo que no se pierde en los peores casos, en debilidad, en tristeza,es algo que te ayuda a superar  las adversidades.
Desapareció y dejó libre a Rosa.

 

jueves, 29 de noviembre de 2012

El origen de la vida.

Matías estaba de viaje por Egipto, investigando sobre los orígenes de la vida. Llevaba años así y había descubierto muchas cosas. Todo lo escribía en un librito y lo pasaba, después a su ordenador.
Llegado un día descubrío una tumba funeraría cerca de una gran pirámide. Entró asombrado, pensó que sería famoso y llegaría a salir en las noticias. Descifró todos los jeroglíficos del lugar y logró saber el origen de la vida. ``Todos están equivocados, no es ni el Big Bang ni nada por el estilo´´pensó ansioso por ser famoso. Al rato escuchó una voz que decía:
                ``Tú no eres quién para saber el secreto que todos quieren saber´´
Asustado salió de la tumba dejando su librito.
Al salir no se acordaba de nada ni de quién era.

Las visiones de John.

John era un chico normal y corriente. Iba al trabajo como cualquier otra persona y volvía a su casa dónde se sentaba en una habitación llena de espejos. Esa era su rutina diaria.
Un día, cuando volvió a su casa encontró un libro en la silla donde solía leer, nunca había visto tal libro, puede que el día anterior lo dejará ahí.
No le dió importancia, y empezó a leerlo. Una novela de terror que le dejó con insomnio durante toda la noche. Cuando amaneció no tenía sueño ni tenía ojeras, lo ignoró y se fue al trabajo.
Cuando comenzó a conducir tuvo que frenar el coche ya que se sentía mareado, el coche de atrás le empezó a gritar, pero el no escuchaba nada. Vió imágenes borrosas de la muerte de su jefe. Despertó asustado y siguió conduciendo pero muy preocupado. ``¿Me habré vuelto loco?´´ pensaba durante todo el trayecto. Llegó al despacho y vió como a su jefe le daba un ataque al corazón. `` Lo que ví´´ pensó asustado. Atemorizado pidió un día libre.
De vuelta a casa, le ocurrió lo mismo pero esta vez con su vecino y con imágenes más claras. Se iba a caer desde el quinto piso. Corrió y se lo dijo al vecino que por supuesto se burló de él.
Al rato, el vecino se tiro desde la ventana del quinto piso muriendo en la caída.
La tercera visión de John, fue la de una desconocida que pasaba la calle y que él mismo la atropellaba. Asustado decidió no ir en coche, por si acaso. Así que cogió el autobus, no se libró de su suerte, la mujer acabó atropellada por el conductor.
Atemorizado, decidió ir hablar con una amiga. Ella al oir todo lo que dijo se empezó a reir. Pensaba que era una broma hasta ver la cara de preocupación de su amigo. ¿Qué podía decir ella? seguir su vida con la muerte siguiendo sus pasos. Ella preocupada le dijo que se tomará unas vacaciones.
El hizo caso dejó su trabajo por una semana y se dedicó a hacer cosas que antes él no había hecho.
Dejó de ver las visiones durante unos tres días, pero al cuarto vió una visión que hizo que se mareara.
Vió su propia muerte. Se encerró en su cuarto y empezó a temblar como nadie. Decidió salir e ir al cuarto de espejos a leer un rato y olvidar lo que había visto, pero cuando entró vio la muerte en un espejo que cayó en su dirección, clavando todos sus cristales en su cuerpo, derramando sangre y gritando pidiendo ayuda. Sólo una persona vino y dijo que era el elegido. Esa persona le dió su túnica negra felicitándole por ser la nueva muerte. 

martes, 27 de noviembre de 2012

Las apariencias engañan...



Ya era anciano, y me quedaban pocos días de vida. Tenía que saber a quién le daría toda mi fortuna. A mi nieta de apenas quince años sin padres, a mi hijo de cuarenta Augusto o a mi otro hijo de cincuenta.
Tenía la decisión tomada, ya que Augusto cuidaría de mi nieta Laura hasta que fuera mayor de edad.
Cuando tuve la decisión tomada, me dí prisa en decírselo a mis únicos familiares. Los tres se asombraron bastante. Augusto sólo tenía unas semanas libres antes de volver a viajar y trabajar sin descanso por el mundo. Laura estaría sola la mayor parte del tiempo y me daba pena. Y mi otro hijo José solo gastaba su dinero en el juego. El disgusto de mi nieta me sorprendió bastante.
-Abuelo, ¿cómo puedes darle todo el dinero a mi tío? -Preguntó muy triste
-Ya lo he decidido. - Respondí triste ya que ninguno se disgustaba por mi cercana muerte.
Ella se fue muy enfadada a casa de Augusto.
Al día siguiente Laura me llamó por teléfono muy asustada, alguien había asesinado a Augusto.
Lo encontraron en la puerta de su casa apuñalado y con la cartera. No era un robo, sino un asesinato.
Me puse lleno de ira, impotente, triste. Mi hijo muerto antes que su padre. Prepararon el funeral para dentro de unas semanas, para eso ya no estaría aquí.
Después de tres días. Vino la policía preguntando por José. Encontraron pruebas que lo incriminaban, las ganas de tener dinero y su adversario Augusto lo tenía todo. Pero no era posible, si hubiera sido él le hubiera robado el dinero. Así que lo dejaron libre y buscaron a otro culpable, mientras Laura y yo lloramos la pérdida con dolor. No quería pensar en el futuro de Laura. 
Vino José con dos cafés, uno se lo dió a Laura que lo vió con detenimiento. Sonrió y se lo bebió de un trago. A los cinco minutos José cayó muerto, Laura empezó a reír a carcajadas. Yo estaba en mi cama no me podía mover por las máquinas que habían instalado.
Laura me miró y dijo
-No me fió de ti, pero me gustaría contarte un secreto. -Dijo susurrandome al oído.
Yo quedé mudo sin saber que hacer. Ella siguió hablando.
-¿Te acuerdas del misterioso incendio en la casa de mis padres? -Dijo riendo.
-Si - Contestó ella misma.
-La única superviviente, que casualidad. - Dijo a carcajadas.
Me miró seria
-Qué mal, te acusaran a ti de matar a José. El veneno de ratas lo saqué de tu garaje, ahora quemaré la casa y tú en ella.
Ella no sabía que un policía había llegado hace tiempo y estaba detrás de la puerta.
Justo cuando iba a encender el fuego. El policía sujeto sus brazos y llamó a más refuerzos. Laura acabó en un hospital psiquíatrico y la fortuna a caridad. Se suponía que moriría en dos semanas, pero duré tres, al final de la segunda semana Laura se suicido.